UNA MARCHA SENDERISTA
O BIEN SE LLAME CAMPESTRE,
Y QUE LOS DEL LAGUNAZO
LLAMAN LA "SILVESTRE"
HOY ES DÍA DIECISEIS
Y ME SIENTO COMO UN TORO,
HE PODIDO RECORRER
"LA SILVESTRE2 DE PINSORO
NO ES QUE AL PASO DE LOS AÑOS
MI SALUD SE DEFENESTRE
PUES HE PARTICIPADO
A BUEN PASO EN LA "SILVESTRE".
MANUEL POLA
LA SILVESTRE 2012
Sábado 16 de junio, 5:30 horas:
Suena la alarma insistentemente, la luz roja parpadea sin cesar, todo va a
explotar en cualquier momento...
-- ¿El despertador? Sí... las 5 y
media de la mañana... ¡Vaya horas para levantarse! ¿Quién me manda? Este José
Enrique nos embarca, como siempre, pero esta vez ha llamado porque no puede
venir. En fin, tengo que recoger a Agustín y a Roberto, así que ¡arriba!
06:00 horas: Hola chicos. Hala,
que vamos a experimentar con este Tom-Tom que me regalaron y no todavía no he
podido hacer un viaje para probarlo. He
comprobado la ruta y calcula poco más de hora y cuarto, así que llegaremos a
Pinsoro en una hora y cuarto, poco más o menos.
06:40 horas: --¿Por aquí te
metes, José Ramón? Yo siempre he ido por Ejea.
-- Ya Roberto,
pero ayer comprobé con Tom-Tom y con Google la ruta y los dos programas indicaban
que era mejor por aquí, hacia Valareña directamente.
07:10 horas: -- Tropecientos kilómetros por una carretera
en obras, o una pista ancha, no sé. ¿Seguro que vamos a llegar a la hora?
--Sí, si hombre,
seguro... bueno eso creo, creo, supongo,
espero que sí.
07:30 horas: -- ¿Lo veis? Ya hemos llegado a Pinsoro,
justo a punto (¡buf!) y ahora están empezando a montar la recepción.
-- No veo las magdalenas,
¡maldita crisis!
-- Este año el
pueblo ha cumplido 50 años desde su fundación.
-- ¡Anda! Como
yo.
-- No mientas
que tú cumples 51 dentro de poco.
-- Bueno, bueno.
08:00 horas: -- ¿Ya estamos todos? ¿Todos tenemos las
camisetas? Venga, ahora todos juntos para la foto. Ahora sí, empezamos a andar.
Salida del pueblo, campos de
cultivo (que agradable es poder mirar a larga distancia, para la gente de la
ciudad), monte Pinsoro y primer avituallamiento. ¡Hummm!
-- Claro, con
las pedazo de magdalenas que te mas metido en el bar...
-- Pues menos
mal que no tienes ganica, que si no... ¡vaya saque!
-- Los vasos a
la bolsa, las cáscaras de fruta para abonar, que son restos orgánicos.
-- Ahora vamos a
subir al monte, ya veréis que vale la pena.
-- ¡Toma! ¡Qué
vistas!
-- Bajamos y
seguiremos hacia el oeste.
-- Las Bardenas,
un embalse (Malvecino, vaya nombrecico), pinares... no podía imaginarme que en
las Cinco Villas pudieran verse tantos paisajes.
-- Y tantos
biotopos.
-- ¡Anda! Si
tenemos hasta un Johnny Guitar, esto si que es música en vivo. Sólo le faltaba
haber compuesto una balada para los caminantes.
--- Si hombre, y
un sombrero vaquero en lugar de casco y un caballo en lugar de una bici, no te
digo.
-- No pidáis
tanto, que para lo que le pagamos...
-- Mirad allí ya
hay otro avituallamiento.
-- ¡Hombre...
los bocadillos de jamón! Esto sí que sí.
-- También
tenemos de chorizo.
-- Sí, sí, pero
¿se puede repetir de jamón? ¿No hay cerveza? ¿Y tinto fresco? ¿Qué me vaya
donde? ¡Jó!
-- ¿Quién quiere
subir hasta los Angarillones?... Eso que
veis a lo lejos es el Pisquerra. Ahora pasaremos sobre la Ralla y allí tenéis el
Rallón. Por allí el Sanchicorrota que toma su nombre de un bandido llamado
Sancho Rota que dicen vivió allá por el siglo XV y que hicieron falta mas de
200 hombres para rodearlo hasta que, finalmente se suicidó.
-- ¡Próxima
parada después de la presa! Allí os esperamos.
-- ¿Qué es eso?
-- ¡Ondiá!
Pedazo cosechadora, que exageración, si no había visto otra tan gorda. Claro
como Navarra está aquí al lado...
-- Pero si ocupa
todo el camino.
-- Apartad,
apartad, que esto se come todo... si parece un videojuego. Imaginaos, una
maquina que se traga a todos los que pilla por el camino y claro, así de
desértico queda todo.
-- Me parece que
ese gorro no te protege muy bien la sesera.
-- ¿Porqué?
-- Por nada, por
nada.
-- Mira, tan
lejos que parecía el pantano y ya está
aquí. ¿Nos bañamos?
-- Tita, tira,
pero si te quedas enganchado en el barro, no sé quien te va a sacar.
-- Aguafiestas,
con el calor que hace ya.
-- Ya estamos en
la presa y ahora ¿hacia donde? Por aquí no hay flechas.
-- Vamos a
cruzar al otro lado de la presa, que
seguro que es por allí.
-- ¡Paraaa! ¡Vuelveeee!
Que están allí abajo. Menudo guía estas hecho.
-- “Menudo guía,
menudo guía” Pues que conste que no
había flechas.
-- Andanda como
van las bebidas, se nota que sube la temperatura.
-- Ánimo, que ya
os queda poco. Os esperamos en los pinares, a la entrada del pueblo.
-- Que calor.
¿Que temperatura tenemos ya?
-- Unos 37 grados, mas o menos, según las
previsiones y lo que me estoy quemando.
-- Mirad, allí
viene una chica de la organización con la furgoneta. ¿Qué tal vamos, ya llegamos o qué?
-- Huy, os queda
lo peor.
-- ¡Jé, jé! Que
graciosa, si ya debemos estar llegando... Pues cuesta ¿eh?... Cómo pega el sol
¿eh?... Ni un árbol ¿eh?... Y parecía
que la cuesta era poca cuesta ¿eh?... Pues va a ser que la chica no exageraba
¿eh?
-- Va a ser, va
a ser.
-- Mirad, allí
arriba, en lo alto de la cuesta, una cerveza gigante.
-- Anda, anda,
que espejismos hay en las Cinco Villas.
Que no Agustín, que no es una cerveza gigante, que es un niño con una
camiseta de la Roja.
-- Es que tengo,
calor, tengo sed, tengo...
14:00 horas: -- Allí, allí está el último avituallamiento,
ya estamos. Glub, glub, glub, glub... Y ahora a la piscina.
-- Yo a las
duchas. Nos vemos en el bar de la piscina y luego, al pabellón.
-- Que bien se
está aquí, que bueno el vino y gaseosa fresquitos, ¡que paella!
-- Y que bien
sienta ahora el café y ¡bocaditos!
-- En fin, habrá que volver a Zaragoza.
-- Pero ahora
por Ejea ¿no?
-- Sí, si, ahora
por Ejea, no os preocupéis.
-- Yo igual me
duermo.
-- Yo intentaré
no hacerlo.
-- Tranquilos
que estoy acostumbrado a conducir con toda la familia dormida.
-- ¿Qué, al año
pasado repetimos?
-- Vamos a ver,
nos hemos pegado un madrugón, casi no llegamos, hemos pasado mucho, mucho
calor, hemos andado buena parte del tiempo por un desierto... que nos ha
sorprendido con su variedad, la avituallas nos han sentado genial, la
organización ha estado estupenda, la paella ha entrado de maravilla, los de
Pinsoro han sido simpatiquísimos, sobre todo las mujeres, que nos han cuidado
muy bien todo el día, y con la sonrisa puesta. Hemos tenido varias horas sin
humos y sin coches (salvo la cosechadora monstruosa) para hablar entre nosotros
amplia y desahogadamente, hemos conocido mas gente, en la comida hemos hablado
con todos, con los de la Tertulia la Albada, con los de Pinsoro. Y encima José Enrique nos volverá a invitar.
Así que, ¿quién puede decir “no me ha gustado, no volveré por aquí”?: ¡Nadie!
Joseramón.
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